Weight Watchers, Los Vigilantes del Peso, es una organización nacida en EE.UU. entre personas que se estimulan mutuamente para adelgazar y que premia a quienes alcanzan metas casi imposibles, como por ejemplo perder 176 libras, 80 kilos: hay quien lo ha conseguido.
Los que marcan hitos así reciben regalos y homenajes, y aparecen como ejemplo en periódicos y televisiones.
Perder veinte kilos merece pocos laureles: es demasiado común. Y eso es lo que logró enflaquecer en su muy publicitada huelga de hambre José Ignacio de Juana Chaos, jefe del sanguinario Comando Madrid. Un personaje que había utilizado su entrenamiento como policía autónomo vasco para asesinar en serie con terrible crueldad a 25 personas. Y que, ya en prisión, pedía a sus compinches que siguieran su ejemplo.
Estuvo dos meses sin comer para perder esos 20 kilos como protesta porque últimamente le habían pedido 96 años de cárcel por sus recientes amenazas de muerte a jueces y funcionarios de prisiones. Exige salir de la cárcel ahora mismo, tras cumplir solamente 18 de los 2.500 años a los que estaba condenado.
Como había perdido alguna arroba, el Fiscal gubernamental, preocupado por la reacción abertzale por si moría de flaco, se transformó en su club de Weight Watchers y lo recompensa ahora pidiendo para él una pena mínima.
Sólo los filoterroristas deseaban su asesinato número 26, que sería su suicidio, para protagonizar grandes disturbios. Pero la gente común no sentía pena alguna, sobre todo porque, en lugar de arrepentirse por sus crímenes, aseguraba en sus escritos que cada muerto era para él un banquete exquisito.
El crimen gana. Este Gobierno, acobardado por los abertzales y abandonando sus obligaciones morales y ciudadanas, es el generoso administrador de los Weight Watchers que premia a asesinos a dieta.
Genia, verdaderamente genial. Tiene usted imágenes estupendas. Además,he visto su página con fotografías en Periodista Digital y más estupenda aún.
Publicado por: Sandra Abelló | jueves, 12 octubre 2006 en 09:30