La primera reforma constitucional que debe afrontarse no es la del sexo de los monarcas o la de la composición del Senado, sino una más inaplazable: instaurar la cadena perpetua para los asesinos capaces de reincidir.
Usted seguramente vio por televisión al etarra Javier Bilbao Goicoetxea apuntar con el dedo a un juez gritándole que en cuando salga libre le pegará siete tiros, siete, le arrancará la piel a tiras, y que él y muchos nacionalistas seguirán matando hasta que el País Vasco sea independiente.
Asesinos múltiples como Txapote, De Juana Chaos o Henry Parot anuncian desde las prisiones que reincidirán. Después de pasar varios años en prisión por atentados anteriores, el propio Bilbao Goicoetxea alcanzó la libertad y mató nuevamente.
Las democracias sin complejos de culpabilidad por su pasado mantienen la cadena perpetua para asesinos así. Aquí, los constituyentes, exfranquistas y la izquierda buenista, decidieron en el artículo 25-2 de la Constitución que: “Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social”.
Con ello se consiguió que tales penas no fueran castigos perennes, sino una vuelta temporal a un internado semiescolar para adquirir buenos modales.
Pero hay groseros incorregibles, que se sienten importantes asesinando reiteradamente. La Constitución renunció a ejecutarlos, como hacen sin inmutarse en algunas democracias, al proclamar en su artículo 15 que: “Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra”.
Pues bien: que retiren de la Constitución la pena de muerte para los militares, pero que se permita instaurar la cadena perpetua como en las democracias europeas más humanistas y desacomplejadas.
Esa es la primera reforma que necesita la Constitución, mucho más importante que definir el sexo de los ángeles custodios.
--------------------------------
COMUNICADO DEL FORO ERMUA
Ante las declaraciones de Julen Madariaga el Partido Socialista debe despejar cualquier duda acerca de una aproximación a ETA antes de las elecciones generales de 2004
Bilbao. 13 de septiembre, 2006. Julen Madariaga, uno de los fundadores de ETA y actualmente dirigente del partido abertzale Aralar, declaró ayer en Paris que antes de las elecciones generales de 2004, el PSE le pidió que intermediara ante ETA, mientras el PSOE continuaba asistiendo a las reuniones del Pacto Antiterrorista. Según Madariaga la petición le fue formulada por el Presidente del PSE, Jesús Eguiguren, con el pleno conocimiento del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero.
Tras hacerse públicas estas declaraciones el portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Diego López Garrido, desmintió “rotundamente” dicha información. Sin embargo, resulta muy elocuente que el supuesto autor de la gestión -Jesús Eguiguren- se haya negado desde ayer a hacer declaraciones a los medios.
El ex–etarra Madariaga, de 73 años de edad, hace estas revelaciones tras llevar casi tres meses confinado en Paris por orden de la juez Le Vert, al haber sido imputado por la Audiencia Nacional en junio pasado en la trama de extorsión de ETA. Madariaga quiere forzar el levantamiento de esta medida de privación de libertad, acusando al PSOE de “incoherencia” por pedir su intervención y luego “mandarle a la Policía”; poca presión estaría haciendo Madariaga sobre el Gobierno para ser puesto en libertad si sus revelaciones fueran falsas.
Además, estas declaraciones coinciden con las realizadas durante los pasados meses por dirigentes de Batasuna, entre ellos Arnaldo Otegi, respecto a contactos con el PSE desde hace varios años para preparar una tregua de ETA. Coinciden también con lo publicado en julio por un diario nacional sobre la decisión tomada por la cúpula de ETA en febrero de 2004 de mantener reuniones con la dirección del PSOE.
El FORO ERMUA, como cualquier organización democrática, desearía poder creer al partido del Gobierno de la Nación. Pero afirmar, como están haciendo en estos momentos los corifeos del poder, que siempre hay que dar crédito al Gobierno y al partido que lo dirige no se atiene a las exigencias de la democracia. La credibilidad no es un atributo inseparable del Poder. Al contrario, quien ejerce el Poder ha de hacerse acreedor con sus actos de esta confianza. Y tras dos años y medio de trayectoria las palabras del Gobierno socialista en relación a ETA son sistemáticamente desmentidas por sus hechos.
Aun después del desmentido efectuado ayer por el Portavoz del Grupo Socilista, el FORO ERMUA exige a la dirección del PSOE que despeje las dudas que subsisten en millones de ciudadanos acerca de si el PSOE o el PSE intentaron una aproximación a la cúpula de ETA antes de las elecciones generales de 2004, ya fuese a través de Julen Madariaga o por otra vía.
Pero queremos recordar a la dirección del PSOE que el hacer falsos desmentidos en este terreno tiene riesgos probados. No les convendría olvidar, entre otros episodios, que la dirección del PNV negó sin cesar y “del modo más rotundo” que hubiese suscrito ninguna alianza con ETA en agosto de 1998, hasta que la organización terrorista entregó a los medios una copia de ese documento. Naturalmente, tras conocerse esta prueba inapelable los dirigentes nacionalistas le negaron toda veracidad apelando a que “la palabra de un partido democrático como el PNV tiene mucho más valor que la de una banda armada”. Es innegable que los terroristas, sin dejar de serlo, han anunciado en muchas ocasiones informaciones veraces y cuando benefician al Gobierno de Zapatero éste siempre las ha creido y utilizado y hasta las ha amplificado mucho más allá de su verdadero alcance.
Quienes discrepamos de la política hacia ETA de este Gobierno también tenemos derecho a dar por más o menos válidas las informaciones hechas públicas por ETA o por Batasuna cuando éstas coincidan con informaciones previas de otros orígenes o cuando tengan pleno sentido dentro del conjunto de los acontecimientos que estén produciéndose.
Estos nuevos datos aportados por Julen Madariaga demostrarían el doble juego del PSOE en la lucha antiterrorista a comienzos de 2004 y, muy especialmente, su traición al Pacto Antiterrorista y al Gobierno de España de entonces, esto es, al Estado. No hay duda de que el hartazgo de los ciudadanos ante tanto engaño hacen necesarias nuevas y repetidas movilizaciones en los próximos meses en defensa de la libertad y en contra de las constantes manipulaciones y mentiras del Gobierno socialista.
Me parece que el artículo 15 ya se cambió en el año 95, por la Ley Orgánica 11/1995 de 27 de Noviembre (lo que me ha costado encontrarla).
De todas las maneras yo estoy tan en contra de la Pena de Muerte como a favor de los trabajos forzados y la cadena perpetua.
Publicado por: Frank | miércoles, 13 septiembre 2006 en 17:12