A Juan José Millás le encargaron que siguiera a José Luís Rodríguez Zapatero para describir sus actividades y le ha salido una hagiografía, la vida de un nuevo santo, de un Padrecito, de un Amado Líder.
En su reportaje en El País Semanal el escritor afirma que sus enemigos presentan a RZ como a un Satanás. Pero él lo descubre como un ser angélico, un semidiós.
Denunciar inicialmente la maldad de quien va a describirse después como providencial es una técnica para crear culto a la personalidad bien usada con Stalin, Mao, Fidel, Kim il-Sung y, naturalmente, Franco.
Precisamente, Manuel Aznar hizo una hagiografía similar del Caudillo, ese hombre, aunque su nieto José María nunca logró una parecida cuando fue jefe de Gobierno español.
Tampoco Felipe González, quien cree que RZ está loco, según cuenta Millás. Con malicia nada oculta, el actual presidente sugiere que González es un atolondrado: “Los expresidentes creen que hay que enseñar a ser presidente, lo cual en democracia es un absurdo”. “Además, lo que se aprende sin estudiar no se olvida”. Por eso lo rodea tanta gente sin estudios.
Millás, enternecido, cuenta que RZ viaja en helicópteros ruidosos, donde hay cerveza y almendras cuarteleros y “trabaja con la tenacidad del aficionado al bricolaje que llega con el destornillador a todas partes”.
Los expertos en propaganda le piden al presidente que formule titulares, no grandes ideas. El mejor de ellos es el de su ardor político. “Yo sentía tanta pasión por la política como por mi mujer”. Enervante fogosidad sexual gubernativa.
El reportaje revolotea por su política, revuelta más que revolucionada por este aventurero que, eso sí, se da numerosas duchas, según Millás, cuyo texto chapotea tanto óleo pastoso que el salpicado lector tiene que ducharse también enseguida.
Otro iluminado para el bien de la humanidad ...
Publicado por: Frank | martes, 01 agosto 2006 en 20:23