Desde su fundación con el reconocimiento de las Naciones Unidas en 1948, Israel ha tenido que elegir constantemente entre dos caminos: el suicidio, dejando que los islamistas exterminen a sus ciudadanos como hicieron los nazis, o combatir a quienes quieren destruirlo como ocurre desde su primer día de existencia, cuando fue invadido por cinco países vecinos.
Queda una tercera vía. La que ha propuesto como solución definitiva para el problema judío el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad: destruir Israel y a los hebreos con sus futuras bombas atómicas.
Culminará así el sueño de numerosos islamistas para los que aquella tierra debe pertenecer al Islam, según ordena Alá, volatilizando a seis millones de israelíes.
Impresionan las fotografías de niños muertos estos días en los ataques de Israel para destruir las bases de Hamas y Hizbulá, organizaciones terroristas nazislamistas que se ocultan entre la población común. Niños como escudos protectores. A veces hasta una docena rodeando a un terrorista.
Pero tras esas imágenes está la supervivencia de la única democracia del área que sufre guerras de invasión desde hace casi sesenta años: 1948, 1956, 1967, 1973, 1982...
Ocupa limitados territorios palestinos o de los países fronterizos para protegerse, pero cuando se retira, como recientemente de Gaza, los nazislamistas interpretan el gesto como una debilidad que les invita a redoblar sus ataques.
Envueltos en mayor fanatismo religioso que en reivindicaciones políticas o territoriales, los sunitas de Hamás y los chiítas de Hizbulá no son de este mundo, sino de Alá y de Mahoma, el profeta que recuerdan únicamente como sanguinario conquistador.
Intuir qué pretende el nazislamismo requiere imaginarse el peor nacionalcatolicismo y multiplicar por mil su fanatismo, locura y violencia: piénsese en el 11M y en la reclamación islamista de Al Andalus.
A eso se enfrenta Israel, pero las fotos de niños muertos y el antisemitismo están haciéndole perder la guerra de la propaganda.
Israel tiene perdida la batalla mediática en España, lugar en el que los soldados se van a dedicar a la ecología, pero no así en otros paises en los que se comprende más la dificultad de los israelís para vivir en paz.
Publicado por: UN DESCONFIADO | miércoles, 19 julio 2006 en 12:11