Un respetado instituto de opinión estadounidense, el Pew Center Research (PCR), ha descubierto que el sentimiento antinorteamericano de los españoles es mayor que el indonesio, el egipcio y el paquistaní, y ligeramente inferior al jordano y turco.
Esa hostilidad española es el doble de la rusa, la china o la india, y mucho mayor que la japonesa, francesa, alemana o británica.
En la lista de quince países examinados España aparece entre los subdesarrollados, en medio de los islámicos y tercermundistas.
El PCR afirma que tres de cada cuatro españoles detestan a EE.UU. Asombroso entre quienes enloquecen con lo estadounidense, consumen golosos su cine, televisión, noticias, hamburguesas y colas, y que pugnan por enviar a sus hijos a estudiar a ese país.
Gentes que gritan contra los yanquis, pero que se muestran obsequiosos con ellos cuando los conocen, que sueñan con trabajar y vivir en la Quinta Avenida, Miami, Texas, Hollywood y hasta en Disneyland.
En realidad, ese odio solo obedece a la envidia, que es el pesar o la ira por lo que tiene EE.UU., por su riqueza, creatividad, energía e incluso soberbia.
Viejo pueblo arruinado que está haciéndose nuevo rico, el español recuerda aún con ira el Desastre del 98, la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas a causa de almirantes como Dewey y la prensa de Hearst.
“La envidia y los celos no son vicios ni virtudes, sino penas”, decía el filósofo inglés Jeremy Bentham cuando describía los sentimientos autodestructivos.
Envidia y celos del imperio y poder estadounidenses, deseo oculto de volver a la España en la que nunca se ponía el sol.
Como la ira en los países islámicos de la encuesta, que se debe también a que sueñan con retornar al pasado glorioso de Mahoma.
-----------------------------------------------------
COMUNICADO DE PRENSA DEL FORO ERMUA
El desmantelamiento del aparato de extorsión de ETA señala el verdadero camino para acabar con la banda terrorista
Bilbao. 20 de junio, 2006. Esta madrugada las policías francesa y española, a las órdenes del magistrado Grande-Marlaska y de la jueza francesa Laurence Le Vert, han llegado a cabo la desarticulación del aparato de extorsión de la banda terrorista. De momento, han sido detenidos siete miembros de ETA en Francia y cinco en España, incluido el máximo responsable de este entramado, Ángel Iturbe.
El Foro Ermua felicita a ambos jueces por su eficacia al asestar este golpe a uno de los sistemas de financiación de ETA, haciendo extensiva esta felicitación a las policías francesa y española.
Esta importante operación contrasta vivamente con la actitud de justificación y ensalzamiento que ha venido manteniendo el Gobierno de Rodríguez Zapatero hacia Batasuna y la propia ETA. Contrasta, también, con la casi absoluta falta de detenciones en España desde julio de 2005. Contrasta, asimismo, con la reiterada afirmación del Gobierno de haber verificado que “ya no existe terrorismo en España”. En este sentido, es sorprendente y lamentable que a las pocas horas de las detenciones y de haberse llevado a cabo un elevado número de registros en pisos y locales, en Francia y en España, la Fiscalía de la Audiencia Nacional se haya apresurado a afirmar que no se han encontrado cartas de extorsión posteriores al anuncio de la actual tregua.
Finalmente, esta exitosa operación contrasta con el reciente e inquietante fracaso de una operación aun más importante que había sido preparada por la Justicia y la policía francesas. Fracaso provocado porque llegó a conocimiento de los terroristas, en el último momento, el operativo previsto.
El desmantelamiento del aparato de extorsión de ETA ilumina el final del túnel de medias verdades, claudicaciones y ocultamientos en que el Gobierno ha convertido al mal llamado “proceso de paz”. La acción policial de hoy muestra ante la sociedad española el único camino para derrotar definitivamente a ETA y traer al País Vasco y a toda España la libertad basada en la justicia y en el imperio de la ley.
-------------------------------------------------
Por qué se rompió Ermua
Por EDURNE URIARTE
Txapote y Amaia representan las esencias de ETA: crueles, sanguinarios, implacables, incultos, profundamente fanáticos. Algunos quisieran fabricar ilusiones, pero seamos realistas. No hay una brizna de arrepentimiento en su violencia ni un matiz de duda en su totalitarismo, ni en ellos ni en el resto de etarras. Y, sobre todo, no existe la más mínima diferencia entre estos dos asesinos y la dirección de ETA que aún sigue libre. Esta fatal coincidencia entre el juicio a Txapote y Amaia y su brutal pero pedagógica exhibición del alma de ETA, entre el proceso por el crimen que una vez revolucionó a los ciudadanos vascos y el inminente anuncio oficial de los contactos gubernamentales con ETA no es un casual y caprichoso cruce del pasado y del presente. Como quizá diría el presidente con la fotografía de Zabaleta y Goirizelaia en la mano, entre el pasado, el crimen de Miguel Ángel Blanco, y el futuro, las conversaciones por la «paz». Todo es un estruendoso presente, ni siquiera futuro. Aquel crimen aún no ha sido juzgado y los jefes etarras que van a negociar gozosos la «paz» son los mismos que se ríen de sus víctimas y de las instituciones democráticas desde las salas de la Audiencia Nacional.
Y si esto lo sabe todo el mundo, y mucho más quienes dieron cuerpo al espíritu de Ermua porque han mirado a los ojos a muchos Txapotes en su vida, no es fácil entender por qué aquel movimiento cívico es hoy una lejana sombra de lo que fue. No me refiero a su tolerancia hacia el diálogo con ETA para verificar su disposición a entregar las armas y a rendir cuentas de sus crímenes al Estado. Me refiero a su silenciosa pasividad ante esa parafernalia de la paz escrita, controlada y dirigida por los compañeros de Txapote, a este repentino e incomprensible trueque de la libertad por el desistimiento.
La respuesta es sencilla y descorazonadora: elecciones de marzo de 2004. El movimiento cívico de Ermua siguió vigente en su integridad y en sus principios fundamentales en el primer año sin asesinatos de ETA, entre el 2003 y el 2004. No hay que confundir el orden de los acontecimientos. Su resquebrajamiento no es producto de los cambios de ETA sino de los cambios en el Gobierno. Ermua se rompió cuando Zapatero decidió dar un giro radical a la política antiterrorista del PSOE. Ermua, su mitad socialista, siguió a Zapatero, y no al revés.
Por eso soy escéptica hacia la posibilidad apuntada en estas mismas páginas por Carlos Martínez Gorriarán de una nueva movilización cívica en el País Vasco comparable a la de Ciutadans en Cataluña. Ello implicaría una autonomía del movimiento cívico e intelectual que Ermua no ha probado. Aquello fue un movimiento mucho más dependiente de los partidos de lo que creímos. Y el protagonismo de la sociedad civil o el liderazgo intelectual fueron apariencia más que fondo, ilusión y utopía más que realidad. El cambio de gobierno lo demostró.
ABC, 20-06-06
Y, todo esto no estará potenciado por esas maravillosas TVs que aplauden, sin cesar, los errores de ZP?.
Ese votante inteligente, no es capaza de separar el grano de la paja, se deja llevar por la corriente gobernante y se adapta fácilmente a ella.
Pues, bueno, quizá tengamos lo que merecemos.
Publicado por: UN DESENGAÑADO | martes, 20 junio 2006 en 14:17