Cuando cualquier general estadounidense critica a su secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, la ciudadanía interpreta ese reproche no como una intromisión militar en la vida política, sino como una expresión de libertad, necesaria contra alguien poderoso y quizás incompetente.
Pero si un militar español con una trayectoria democrática similar a de su colega estadounidense dice que dos exministros españoles de Defensa, Federico Trillo y José Bono, eran unos “trepas, ambiciosos y ególatras”, el Gobierno se empeña en sancionarlo y busca cómo acusarlo de cualquier falta o delito para dar ejemplo entre sus antiguos compañeros.
Los calificativos entrecomillados los escribió el general en la reserva Luís Alejandre, exjefe del Estado Mayor del Ejército, para un libro de una periodista del diario progubernamental El País.
Como general retirado, y aunque no sea la persona más querida y admirada entre muchos militares, Alejandre puede expresar lo que él crea oportuno; el problema es que, sin sombra alguna de golpismo, demasiados profesionales en activo piensan igual.
Es que gran número de altos militares, aunque no entren en política, conocen las necesidades de la defensa y de la geopolítica españolas, y analizan también las capacidades y debilidades de los políticos a cuyas órdenes están.
Por ejemplo, lo que no explicó Alejandre es que Trillo es un militar permanentemente irritado con sus compañeros porque se opusieron a que ascendiera sin méritos de capitán jurídico a comandante.
Tampoco recordó que Bono es un político con ansias de protagonismo tales que, para bochorno de todos, se impuso a si mismo una medalla militar, mientras la negaba otras a militares caídos en situaciones bélicas.
Ambos actuaron en numerosas ocasiones como “trepas, ambiciosos y ególatras” y debe decirse para que alguien investigue objetivamente su gestión, porque no son figuras intocables.
Bueno, estamos en el país de la ofensa continua, todo el mundo se ofende, criticas a un Alcalde o Concejal y sale el mismo en la radio municipal poniendote "a caldo" con amenazas de tribunales y demás, y eso con solo críticas ya no quiero pensar si "acusaramos" con pruebas incuestionables.
Lo dicho, nadie acepta que le corrigan o le intenten corregir ya que en este país un cargo electo es "omnipotente" y encima le pagamos el sueldo nosotros. Tiene gracia.
Un saludo Don Manuel y lectores.
Publicado por: Miguel de Mallorca | martes, 30 mayo 2006 en 09:36