Mahoma hizo y dijo cosas buenas. Animó a ser caritativo con los demás. Pero también fue irrespetuoso e insensible hacia quienes no estaban de acuerdo con él.
Así habla Ayaan Hirsi Ali, 37 años, somalí de origen, educada como musulmana, exiliada, diputada holandesa desde 2001, perseguida por islamistas que desean asesinarla y defensora de las caricaturas danesas origen de un conflicto que está demostrando la creciente cobardía europea, según ella.
Es una heroína: representa la grandeza del ser humano. Heroína: calificativo que, convertido en sustantivo, define la purificación más peligrosa del opio. Y si la religión es el opio del pueblo, el extremo fanatismo es su sublimación en heroína, droga espiritual adictiva y homicida.
Autora del guión de la película “Submision” que denuncia el infierno que sufren tantas mujeres musulmanas y que le costó la vida al director Theo Van Gogh, Ayaan Hirsi Ali acaba presentar un escrito --un hermoso texto que debería estudiarse en las escuelas-- en el que recuerda la histórica lucha europea por la libertad y denuncia a los políticos, intelectuales y periodistas, que rechazan cobardemente la caricaturización de Mahoma..
Señala que el profeta fue un hombre que se equivocó al ordenar el asesinato de homosexuales y apóstatas, azotar a las adúlteras, cortarle las manos a los ladrones y que las mujeres estén subordinadas al macho, además de afirmar que solo basándose en sus ideas habría una sociedad justa: todo eso puede y debe ser caricaturizado, junto con su autor, afirma esta heroína.
Y Europa debería apoyar a Dinamarca en su postura de no ceder al chantaje de regímenes perversos como el saudita, “que organizan movimientos “populares” para boicotear productos daneses, cuando, realmente, aplastarían sin piedad cualquier movimiento popular de lucha para obtener el derecho de voto”.