Euros a ochenta céntimos. Duros que el Gobierno le entregará a la Generalitat para que ésta devuelva cuatro pesetas, que es lo que en definitiva acordaron Zapatero y los políticos del Parlamento catalán.
Gracias a este regalo ZP seguirá presidiendo el Gobierno español y los socialnacionalistas y derechistas que dominan Cataluña podrán incrementar sus gastos suntuarios con los que están fabricando su nueva Nación, Patria y futuro Estado con lengua única, el catalán.
La cesión de buena parte del IVA y de otros impuestos que antes servían para mantener la solidaridad interregional española la absorberá la Generalitat para enriquecerse más aún.
Cataluña y España: han negociado dos naciones de igual a igual, afirma el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, ahora nominalmente antifranquista, pero exbecario del franquismo en Nueva York y el principal consejero del alcalde más franquista de Barcelona, José María de Porcioles.
Y nos hablan de España como nación de naciones, como es desde ahora, según advierte Maragall, sin que nadie nos consultara para cambiar una nación por muchas.
Un Maragall azuzado por Pérez-Carod Rovira, hijo de guardia civil franquista cuya misión en los años 1940 era perseguir a los perdedores supervivientes de la guerra civil.
Y detrás de todos, la burguesía catalana, siempre arrimada al poder, sorbiendo la savia del país con la ayuda de dirigentes débiles y ambiciosos modelo ZP.
ZP enriqueciendo más a la burguesía crecida con el Arancel Cambó, que protegió la industria catalana empobreciendo al resto de España entre 1922 y 1960.
Daremos un euro y nos devolverán ochenta céntimos, y las regiones pobres no notarán como se esfuman las inversiones, sino que verán como prosperan a su costa las comunidades con gobiernos nacionalistas mientras las suyas van decayendo, quedándose atrás. Felicidades.