En la última sesión de este lunes en uno de los dos cines de Madrid donde se proyecta “Trece entre mil”, le película de Iñaki Arteta que recoge la historia de trece familias azotadas por el terrorismo de ETA, había solamente tres espectadores.
No hace mucho tiempo que este y otros cines se llenaban para ver los documentales de Michael Moore, solo porque zahería a Bush, alguien alejado del drama español.
Iñaki Arteta no tuvo la suerte de Julio Medem con “La pelota vasca”, un ejercicio exculpatorio del nacionalismo en la calamidad terrorista, una película tramposa y falsamente equilibrada que recibió el apoyo del conglomerado de actores españoles que gritaban “No a la Guerra”, pero que se negaban a reclamar, solamente, “ETA, no”.
“Trece entre mil” es una gran película. Honesta, escalofriante, sin odio, sin ira, y hasta con un final de esperanza. Hermosa y terrible como una galerna del Cantábrico. Con los impresionantes rostros de las víctimas, de cicatrices aradas por el dolor.
Suave y dura, sensible, con un ritmo preciso, solo tiene un momento de ligera irritación cuando alguien dice que tras el asesinato de su padre la gente, los vecinos, el pueblo, le hicieron sentir que estaba viviendo entre lobos.
Sobre el lugar de uno de los asesinatos, el Ayuntamiento, que hacía hijos adoptivos a los asesinos, colocó durante muchos años contenedores de basura.
Decía Martín Luther King que “de nuestro siglo XX no nos parecerán lo más grave las fechorías de los malvados, sino el escandaloso silencio de los justos”.
No hay público para “Trece entre mil”. La película solo consiguió estrenarse en diez cines españoles el pasado fin de semana. Este silencio de los justos posiblemente hará que la retiren enseguida, como si siguiéramos viviendo entre lobos.
Aunque usted puede evitarlo yendo a verla si reside en algún lugar donde se proyecta. Lleve a sus familiares y amigos: se emocionará y comprenderá lo que es el dolor de los inocentes. Después de ver la película todos resultamos mejores personas. Hable de ella con quien conozca. También se sentirán mejores.