La Alianza de Civilizaciones, el proyecto de ZP copia de otro de los ayatolás iraníes de 1997, sufrió un recibimiento frío, pero envuelto en el elegante protocolo británico, cuando el primer ministro español se lo presentó este miércoles a Tony Blair en Londres.
Blair oyó cortésmente el plan y dijo que es muy interesante y que debería unírsele el mundo entero. Lo previsible. No podía desairar a su colega. Pero sabe que tal Alianza, más allá de la retórica usual de congresos y cancillerías, es imposible: la declaración islámica de los derechos humanos de el Cairo, de 1990, es radicalmente contraria a la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Porque los valores musulmanes, primitivos y sentimentales, difícilmente casan con el racionalismo occidental, al que ni siquiera se han acoplado mayoritariamente los gitanos después de siglos de convivencia: y solamente por causas sentimentales, no religiosas.
Los islamistas están matándose entre ellos por motivos religiosos. Los etarras matan a gente de su misma civilización por razones sentimentales: la tierra. Por sentimentalismo los gitanos no se integran. Y por sentimentalismo los islamistas y los etarras asesinan.
A ZP le desconciertan los yihadistas “porque matan gente sin la más mínima explicación”. Hay explicación: quieren imponerle al mundo leyes divinas, medievales, para las que asesinar conduce al Paraíso.
Obedecen a los sentimientos, a su sentimentalismo, no al racionalismo: exterminar por la fe, considerar a la mujer menos valiosa que el hombre, prohibir la libertad de pensamiento.
Conceptos de una civilización cuyos fanáticos nunca fueron pacíficos, sino expansionistas hasta que Europa, India y China los derrotaron.
Lo que sí está consiguiendo la Alianza de ZP es la adhesión de tiranías tercermundistas y alejarse de las democracias: aunque lo oculten discretamente, Blair, Schroeder y Chirac bromean sobre esa idea.
Claro que numerosos académicos, políticos, diplomáticos y periodistas nacionales e internacionales respaldan a Zapatero. Son personajes sobrecogedores: van a coger voluminosos sobres con euros que pagarán esos apoyos.