Usted sabe que le tengo gran aprecio porque me empleó a mí en la Xunta y me colocó de funcionarios a algunos de mis hijos: como hicieron con los suyos los catalanes de Pujol y ahora los socialistas y los separatistas, que no son menos, todo hay que decirlo. Y los socialistas en Andalucía, y los populares en las Castillas, y así todos.
Pero, don Manuel, las elecciones del 19 de junio podrían cambiar nuestro destino. El talante de ZP engaña a la gente, y aunque usted y yo sabemos que es un buñuelo de viento, podría ganar este sufragio aliado con el BNG.
Oficialmente triunfaría Touriño, que frente a usted es un rival inconsistente, aunque tenga usted 82 años, que no los parece, don Manuel.
Luego, está el Bloque Nacionalista Galego de Anxo Quintana, buen alcalde de Allariz, pero gracias a los fondos europeos y a los de la Xunta, que se los dio usted. Restauró su pueblo, pero no creó nada nuevo.
Don Manuel: Zapatero-Touriño con Quintana podría formar mayoría, y mi problema, querido don Manuel, es que estoy entre esas 2.000 personas de alguna responsabilidad en la Xunta cuyo destino cambiará si gobiernan el PSOE y el Bloque.
Podrían echarme a la calle, don Manuel. Un cesante. Iría al paro, y tengo que pensar en mi familia.
Que no le parezca mal, don Manuel, pero he aceptado algunas propuestas del PSOE y del BNG. Me dicen que si colaboro no me echarán, a pesar de que ellos tienen a muchos miles de militantes esperando hambrientos esos 2.000 puestos. Nos dejarán a unos pocos colaboracionistas, pero luego duplicarán o triplicarán la burocracia para cumplir con los suyos. A día de hoy, don Manuel, y si usted tuviera que empezar como ellos tendría que hacer lo mismo, y por eso hay que disculparlos.
Con gran dolor tengo que ayudar al enemigo, don Manuel. Entiéndame usted: yo aún no soy viejo y usted se tiene bien merecido su retiro.
Aunque, si vuelve a ganar usted, querido don Manuel, considere esta carta como no recibida.