Parafraseando el preámbulo del Manifiesto Comunista de Marx y Engels de 1848, el Manifiesto Antiizquierdista de 2004 podría comenzar así: “Un fantasma recorre España: el fantasma del moaísmo”.
No debe confundirse con el del maoísmo, de Mao Zedong. El moaísmo viene de Pío Moa, periodista e historiador excomunista que zarandea la República española culpándola del levantamiento de Franco.
Pone del revés las versiones más divulgadas de la guerra civil, al afirmar que empezó en Asturias y Cataluña en 1934 con levantamientos izquierdistas y nacionalistas, y que Franco fue consecuencia de ese caos revolucionario.
Para muchos historiadores esta afirmación as tan escandalosa y absurda que ni se plantean discutirla con él. Pero ahora la apoyan, entre nombres conocidos, el hispanista Stanley S. Payne y Gustavo Bueno, padre del materialismo filosófico.
El mundo progresista rechaza sus trabajos; pero, entre tanto, él convierte sus libros en tema de discusión académica, aunque lejos de las escuelas historicistas dominantes.
Qué personaje, Moa. Marxista brillante y excepcional dialéctico. En la vieja Escuela de Periodismo, en el tardofranquismo, observábamos con fascinación a este agitador puro, iluminado predicador de una mítica revolución marxista-leninista.
De golpe, desapareció y se supo que era líder de los GRAPO, banda terrorista de ultraizquierda que mató a varias decenas de personas. Pasó en prisión varios años, donde debió operarse su cambio ideológico. Según el exministro de Interior, José Barrionuevo, el GRAPO nunca estuvo infiltrado por la policía, como afirman ahora los enemigos de Moa para desacreditarlo.
Reapareció el libertad como antiizquierdista, como el mayor enemigo del marxismo, ideología que maneja con maestría, y cuya dialéctica usa para tratar de desmenuzar a sus contendientes.
Y como cuando estaba en el GRAPO, altera a medio país, esta vez pacíficamente, con teorías que afirma probar con documentos históricos izquierdistas.
Moaísmo: un fantasma que recorre España despertando preguntas, temores, pasiones, despechos, odios y amores.